lunes, 16 de junio de 2014

COMO ENSEÑAR A NIÑOS DE 5 AÑOS

Métodos de aprendizaje para enseñar a leer a los niños


Existen 2 grandes métodos para enseñar a leer a los niños: el analítico y el global. El primero se basa en que el niño aprenda a separar las letras, luego formar sílabas y, por último, palabras. El segundo se centra en asociar significados a la palabra escrita completa. Ambos métodos son complementarios entre sí.



Tradicionalmente se habla de dos métodos en el aprendizaje de la lectura, muchas veces presentados como contrapuestos e incompatibles pero que, en realidad, son complementarios. Se trata del método analítico y el global.
El método analítico se basa en lo que vemos escrito

El método analítico, como indica su nombre, se basa en un proceso de análisis de los estímulos escritos que se perciben a través de la visión. En la palabra "pato" mirándolo de izquierda a derecha lo primero que vemos es una "p" que junto a una "a" se lee <pa>. Este el método más usado para aprender castellano y en el que se basan la gran mayoría de metodologías. Sin embargo, no es una tarea tan sencilla como pudiera parecer en un primer momento.

Por un lado, hay que aislar en ese entramado de líneas curvas y rectas que forman la palabra, las letras como estímulos individuales. Luego, a cada letra escrita (grafema) hay que atribuirle un sonido (fonema). La relación grafema-fonema debe ser unívoca, es decir, que la única forma de leer esa letra sea con ese sonido.



Sin embargo, no ocurre lo mismo al contrario, puesto que hay sonidos que se pueden escribir de varias maneras (vaca-baca; ha-a) y éste es el principal causante de las faltas de ortografía y caballo de batalla de educadores y maestros. Por tanto, el proceso analítico no es infalible.


Este proceso, además, nos da acceso a una lectura llamada mecánica, pero no nos dice nada del significado de esa palabra. Para saber qué parte de la realidad representa lo que leemos tenemos que dar otra vuelta más y hacer la lectura comprensiva.
El método global asocia un significado a la palabra


El método global se basa en un proceso de síntesis. Se trata de la otra cara de la moneda del análisis, por tanto es inseparable del proceso anterior y necesario para aportar el significado.


Desde esta perspectiva, la palabra se percibe como un todo con una forma asociada a un significado. Muchos niños al ver la palabra "Stop" saben perfectamente cómo se pronuncia y qué significa mucho antes de ser capaces de reconocer por separado la "s", "t", "o" y "p" y de saber qué sonido le corresponde a cada una.


Las palabras requieren una capacidad de discriminación más compleja que las letras pero son las verdaderas unidades con significado del lenguaje hablado y los espacios entre ellas facilitan enormemente que el niño las vea como una globalidad.


El proceso de síntesis añade velocidad lectora en aquellos niños que han seguido un buen proceso analítico y, se convierte casi en el único método de acceso a la lectura en niños con discapacidad psíquica puesto que el aporte del significado es un elemento de motivación indispensable, es el fin último de la lectura.

¿Qué método es mejor para los niños?


Lo cierto es que en el colegio durante la educación infantil (3,4,5 años) se suele hacer una aproximación a la lectura usando el método global: se enseñan palabras a los niños asociadas a imágenes, se observan semejanzas entre palabras (elefante y estrella empiezan por la misma letra), etc; y, ya en educación primaria (a partir de los 6 años), se inicia un análisis de los segmentos de las palabras: el silabeo (pa-pe-pi-po-pu).



Tanto el método analítico como el global son válidos para desarrollar la capacidad lectora y ambos son necesarios para una lectura de calidad. Que insistamos más en uno u otro dependerá de las necesidades del niño en cada momento del desarrollo de dicha capacidad.


Enseñar a escribir a los niños:

¿Hay una edad oficial para aprender a escribir?

En este punto, hay opiniones variadas y contrapuestas entre diferentes escuelas y metodologías. Lo más recomendable es que, en la Educación Infantil (3, 4 y 5 años), se tenga un primer contacto con el lenguaje escrito sin exigir a los niños que, al finalizar este periodo, sepan leer y escribir con normalidad. En esta etapa, realizan trazos y se familiarizan con los diversos instrumentos (ceras, lápices, etc.), desarrollan su capacidad para dibujar y empiezan a conocer algunas letras y palabras (como su nombre). Todo ello de una forma lúdica, que despierta su interés por el lenguaje escrito. En esta etapa, y hasta los 6 años, podemos hablar de iniciación al proceso de la escritura.

¿Y los niños avanzan todos a la vez en el aprendizaje de la escritura?


En los colegios, aún sigue siendo frecuente llevar a todos los alumnos del grupo al mismo ritmo, sin tener en cuenta las diferencias individuales (tipo de inteligencia predominante, estilo de aprendizaje…). Actualmente, con la metodología constructivista, igual que sucede en la lectura, los niños usan la escritura para comunicarse, expresarse o entretenerse, inventándola según sus propias reglas y aproximándose, poco a poco, al sistema convencional mediante un proceso que avanza unido a sus etapas evolutivas. Pero, independientemente del método pedagógico que se utilice, prevalecerá el interés del niño, su predisposición. Además, hay que considerar que cada niño tiene su ritmo, aunque sabemos que todos lograrán el objetivo.


¿Cómo es el proceso de aprender a escribir?


El punto de partida es la grafomotricidad, que está integrada dentro de la motricidad fina (es decir, de la precisión de los movimientos, fundamentalmente, la coordinación ojo-mano). El desarrollo del «gesto fino» se lleva a cabo a través de ejercicios que requieren precisión, rapidez y control de movimientos en las manos y en los dedos. Estos ejercicios desarrollan una serie de habilidades necesarias para, posteriormente, realizar los primeros grafismos. La manifestación más temprana de la grafomotricidad es el garabateo, que se desarrolla de manera simultánea al dibujo espontáneo o al dibujo con modelos y que precede a la escritura propiamente dicha.


¿Y en qué consisten estos ejercicios de escritura?


Se empieza aprendiendo a manejar los materiales: es decir, el instrumento con el que realizar los trazos y el soporte sobre el que se realizan dichos trazos. El instrumento debe convertirse en una prolongación de la mano: el niño tiene que aprender a sostenerlo entre los dedos y a deslizarlo sobre un soporte. El instrumento no será ni duro (pues impediría el movimiento de la mano) ni excesivamente blando (ya que se difuminarían los trazos). Al principio, ponemos a disposición de los niños ti-zas, pintura de dedos, ceras blandas y lapiceros hexagonales muy gruesos para que aprendan a colocar los dedos lo más correctamente posible.


Después, pasaremos a utilizar ceras más finas y otro tipo de lápices. El soporte es la base en la que el niño se apoya para realizar los ejercicios. Al principio, debe ser grande (un papel de estraza extendido sobre el suelo o una pizarra colgada en la pared) para permitirle hacer movimientos amplios y firmes. Cuando el niño consigue aumentar el control del brazo, pasamos a utilizar soportes más pequeños (fichas específicas para este fin). En general, los ejercicios son cortos y atractivos, y responden a las preferencias del niño. Los primeros trazos son movimientos voluntarios de la mano y del brazo. Se empieza por los palotes simples y combinados y se sigue con círculos y espirales hasta llegar a los más complejos, los bucles, con el objetivo de abordar, a continuación, las primeras letras y números.




COMO ENSEÑAR A NIÑOS DE 4 AÑOS


Desarrollo físico y mental de un niño de 4 años de edad
  

El niño de 4 años es más independiente. Se siente capaz, y lo es, de controlar su propia fuerza seguridad. Le gusta sentirse parte de las tareas domésticas y se ocupa de sus propias cosas. Consigue lavarse las manos y el rostro, guardar su propia ropa, arreglar las sábanas de su cama, cepillar los dientes, y recoger sus juguetes en la habitación y todo ello…¡él solito! Se relaciona muy bien con sus amiguitos y le encanta invitarlos a su casa.


 Papá, ¿por qué...?

Puede subir y bajar las escaleras con más facilidad, participar en juegos de competición, y siempre se encontrará dispuesto para jugar a lo que sea. Demuestra sus preferencias en cuanto a la ropa, el peinado, la comida y los amigos.
 Empieza a hacer preguntas sobre todos los aspectos que le despiertan curiosidad, y demostrará cierto interés sobre sunacimiento y sobre la muerte. Le encanta mirar fotografías y ver películas de cuando era pequeño.


En su nivel de pensamiento se percibe una evolución, ya que puede clasificar los objetos y los materiales por color, forma o número. Pero no sólo eso, sino que ya se ubica en el espacio y comprende las nociones -fuera-, -dentro-, -arriba, -abajo-. Asimismo, también narra experiencias de la vida cotidiana y lo hace con mayor fluidez y mejor pronunciación.
A los 4 años, comienzan los desafíos

A esta edad, el niño presenta una inestabilidad en sus emociones. Se ríe y llora sin una razón aparente, y eso provoca que vuelva, alguna que otra vez, a las rabietas de los dos años. Quiere imponer sus deseos desafiando a sus padres. El niño de cuatro años va a sentir una preferencia especial por su madre si es niño, identificándose con el padre y compitiendo con él por su madre. Sin embargo, la niña mostrará debilidad por su padre y actuará de igual manera que el niño.


Es una etapa en la que los padres deben tener muchísima paciencia, tacto y control de la situación. No nos olvidemos que estamos tratando con un niño pequeño, que tiene una capacidad de comprensión muy limitada y somos nosotros, los padres, los que debemos enseñarles, poco a poco. Aparte de eso, comenzará con los por qués. Buscará respuestas y conviene responderle siempre con la verdad. Al responder a un niño, le estamos enseñando apensar y le estamos ayudando a formar las bases de su visión del mundo.



Cómo enseñar a los niños los números
Paso a paso

 Entre los 3 y los 4 años los niños ya pueden ir aprendiendo los distintos números y las reglas que usamos para medir las cantidades: su forma y nombre, el orden en que van, que no se puedan repetir, etcétera. Hay muchas formas de facilitarle el aprendizaje a los niños, pero sobre todo hay que procurar que sea una enseñanza natural y entretenida, por lo que te ofrecemos algunos consejos sobre cómo enseñar a los niños los números.


 Instrucciones: 

  • Escribe los números en tarjetas y ponlos revueltos en una pila y boca abajo, para jugar con el niño a que coja una tarjeta al azar y trate de adivinar qué número es. Cuando acierte hay que felicitarlo y demostrarle que lo está haciendo muy bien, para estimularlo.

  •  A una edad tan temprana es probable que las habilidades psicomotrices no estén del todo desarrolladas y a algunos les cueste escribir bien con un lápiz y un bolígrafo sobre un papel. Si aún así quieres que aprendan a escribir los números por su cuenta, puedes hacer que los escriban con el dedo sobre un montón de arena, una pizarra llena de tiza o incluso la pantalla táctil de una tableta.



  • Intenta que el aprendizaje sea lo más natural posible y no dé la impresión de ser una tarea más. Por ejemplo, puedes preguntar a la hora del cuento por el número de figuras que se ven en las ilustraciones.



  • Aprovecha las situaciones cotidianas para que el niño haga sus propios razonamientos y repase conceptos. Por ejemplo, pedirle a la hora de poner la mesa que ponga tres cucharas, indicando tres dedos de la mano para ayudarle a comprender, o pidiendo una cantidad exacta de otra cosa durante cualquier otra situación.


  • Juega a hacer la compra, con monedas y productos de juguete. Al principio puedes hacer que cada moneda valga 1 y que por cada una se pueda adquirir un producto, y cuando haya aprendido a contar lo más básico, puedes ir complicando el juego y usar monedas con distintos valores: una moneda con un 2 vale por dos productos, y así sucesivamente.



  • Las canciones son un gran método para enseñar cualquier cosa a niños pequeños, porque se divierten y aprenden sin darse cuenta. Si no sabes ninguna canción infantil para aprender los números, siempre puedes preguntarle a tus padres o abuelos, o incluso recurrir a Internet.


  • Más que como solución o sustitutivo, los juguetes didácticos pueden ser un buen complemento a la enseñanza que le estemos dando a nuestros hijos. En cualquier juguetería podrás encontrar juegos y muñecos pensados especialmente para enseñar los números a niños de estas edades, y que siempre pueden ser un buen recurso. Pero sobre todo procura que no sea un juguete aburrido.